miércoles, febrero 01, 2006

El papel regulador de la palabra y su perturbación en los estados patológicos del cerebro. (III)

En las siguientes pruebas se puede estudiar la influencia de las señales visuales y de los estereotipos motores en la organización de conductas relativamente complejas, el conflicto de las huellas visuales y motoras, la influencia de las pausas en el inicio de las tareas y en la estabilidad de la conservación de planes, y la edad en la que de modo general se libera la señal óptica del papel inhibidor de los estereotipos motores, en niños con desarrollo normal.

Si el papel dominante de la conducta del niño lo continúa desempeñando la reacción inmediata de orientación hacia los objetos, estas pruebas no darán los resultados esperados. Será importante estudiar las formas reactivas de orientación inmediata hacia los objetos, sus condiciones, y si es posible superar mediante programas de rehabilitación la superación de esas reacciones de orientación inmediata que está en la base de las conductas rituales de apego a determinados objetos en muchos niños con trastorno autista.
También debe investigarse si hay formas singulares de percepción, en niños con trastornos autistas, y si pueden constituirse no sólo inercias en los estereotipos motores sino en las formas de percepción, que conduzcan a un modo de relación alterado entre el campo perceptivo de los estímulos de los objetos y el campo percibido, siendo la forma de inercia la necesidad de que el campo perceptivo externo reproduzca un campo perceptivo previamente memorizado. La escuela de la Gestalt estudió ciertas leyes perceptivas fundamentalmente vinculadas a la percepción óptica, y habrá que volver sobre ella.

Sólo si el niño se libera de esa reacción inmediata de orientación será posible la elaboración de conductas complejas compartidas entre el adulto y el niño, en la forma propuesta por las pruebas.
Las pruebas siguientes tienen dos partes claramente definidas, a) la exposición por parte del adulto de las condiciones del problema, la acción del adulto escondiendo la moneda, y la actitud de observación y espera por parte del niño; b) la resolución del problema mediante la acción selectiva y organizada del niño. Si el niño no puede inhibir sus propios reflejos de orientación inmediata hacia los objetos quedará a merced de los estímulos que emanan de estos, de las formas de interpretación perceptivas especiales, de hábitos motores elementales y de estereotipos motores autoestimulantes.

Al no poderse estructurar la prueba, el niño dará aleatoriamente uno u otro objeto y el papel regulador de la palabra, el cumplimiento de la instrucción del adulto no tendrá lugar desde el principio.

Estas pruebas fueron elaboradas por A.R.Luria y colaboradores.

Edad: 1 año 4 meses – 1 año 6 meses
Prueba 1.

Se coloca delante del niño dos objetos invertidos, una taza opaca, situada a la izquierda , y un vaso de plástico transparente, situado a la derecha. A la vista del niño escondemos bajo la taza, una moneda y le proponemos que la encuentre. Lo que guía la búsqueda es la huella visual de la trayectoria de la moneda, que se ha orientado y dirigido hasta la taza, para desaparecer bajo ella. Un niño con un desarrollo normal debe ser capaz a esta edad de resolver satisfactoriamente este problema, levantando la taza y encontrando la moneda. Este ejercicio se realiza para confirmar que ya es capaz de resolver este problema y pasar a la siguiente prueba.

Edad: 1 año 4 meses – 1 año 6 meses
Prueba 2.

Se procede del mismo modo que en el ejercicio anterior, Prueba 1, pero ahora lo repetimos 3-4 veces seguidas y por último, sin interrupción, se cambian las condiciones, escondiendo la moneda, no en la taza, sino bajo el vaso. Las repeticiones sirven para formar un hábito motor. Le proponemos que encuentre la moneda. Si el niño se dirige hacia la taza, significa que su acción está determinada por la influencia predominante del estereotipo motor inerte, reproduciendo el movimiento al que está acostumbrado, consolidado por la experiencia anterior, y sólo después se dirigirá hacia el vaso. Si el niño se dirige hacia el vaso significa que su acción está determinada por la influencia predominante de la huella visual de la última trayectoria de la moneda. Si el niño toma indistintamente ambos objetos y no observamos una actividad selectiva, o bien no ha entendido, o bien ha abandonado la tarea que le proponemos.

Edad: 1 año 4 meses – 1 año 6 meses
Prueba 3.

Se procede del mismo modo que en el ejercicio primero, Prueba 1, pero ahora establecemos una pausa de 10 segundos, desde el momento en que escondemos la moneda bajo la taza, hasta el momento en que el niño inicia la búsqueda. La mayoría de los niños de esta edad subordinan sus movimientos a la huella visual, aunque hay niños de esta edad a los que la pausa de 10 segundos les hace abandonar la tarea propuesta y empiezan a tomar ambos objetos, la taza y la copa, de modo no selectivo.

Edad: 1 año 4 meses – 1 año 6 meses
Prueba 4.

Se repite 3-4 veces la operación de esconder bajo la taza la moneda, y sin interrupción, se esconde bajo el vaso; ahora establecemos una pausa de 10 segundos, desde el momento en que escondemos la moneda bajo el vaso, hasta el momento en que el niño inicia la búsqueda. La mayoría de los niños se dirige ahora hacia la taza. La pausa de 10 segundos resulta suficiente para que la señala visual óptica ceda su lugar a la influencia determinante del hábito motor.

Edad: 1 año 8 meses – 2 años
Prueba 5.

A esta edad, incluso cuando se introduce una pausa en la realización del acto motor, Prueba 4, los niños con desarrollo normal, resuelven acertadamente el problema dirigiendo sus búsquedas hacia el objeto bajo el que se ha escondido la última vez la moneda. Los niños se dirigen ahora hacia el vaso.









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